III.

Tengo manías a pares. Siempre me lavo los dientes antes de maquillarme, cada mañana, antes de salir por la puerta de casa para sonreírle al nuevo día. Y también tengo la manía de pedir a todo aquel que se marcha fuera que vuelva, pero con una postal para mí. Tengo la manía de guardar las revistas en un sólo montón, que ya no aguanta más y se caen, y se vuelven a caer. Tengo la manía de volver a poner una y otra vez la misma canción cuando voy conduciendo, hasta que me enganche a otra que haré repetir mil veces más. Y tengo la manía de no cumplir nunca con mi idea de hacer dieta. Y sólo leo libros si me gusta la portada, si me gusta el título si tengo ese curioso e inexplicable impulso. Son manías terribles, sobre todo cuando se trata de no poder callarme nunca, de decir siempre lo que pienso. Y tengo la manía de terminar el día pensando en ti, en el brillo de tu mirada cuando solo estamos tú y yo, y las estrellas en el cielo oscuro. Ésta es una manía que me gusta especialmente.