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8.25.2009

II.


Imaginemos aire. Aire y purpurina plateada, que se mece con el suave y sincero sonido de la ciudad, en una noche de verano de vela y terraza hasta las tres de la madrugada. Imaginenos, entonces, no necesitar nada más, dejar fluir un cuerpo, sintiéndote tan libre y limpio por dentro...
Imaginemos regresar a la infancia en aquel mismo instante, y sentir esa felicidad cuando de niño recibes un gran regalo envuelto en un papel tan brillante que da igual lo que haya dentro, la magia del papel de regalo te deja maravillado, y te emocionas, y solo quiere reír,y jugar, y que ese momento no conozca final alguno.
Pues eso, imaginemos.

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